Vivimos en un océano de disrupciones y en un mundo repleto de tendencias tecnológicas que están transformando nuestro mundo. La transformación digital es una más de estas disrupciones que conforman la nueva realidad del siglo XXI.
¿Qué es Internet para ti? Seguramente cada uno de los lectores de este artículo tengan definiciones diferentes a esta pregunta, lo que genera problemas si queremos gestionar el digital.
Partimos de la premisa de que Internet es un sistema de comunicación con un comportamiento dinámico, vivo, que genera el crecimiento o decrecimiento de un ecosistema compuesto por usuarios, contenidos e infraestructuras tecnológicas cuya correcta gestión del mismo permite a las empresas que su relación con sus usuarios, con sus clientes o con potenciales clientes, con sus proveedores… camine y se oriente hacia una comunicación más efectiva. Lo que ha transformado Internet es cómo nos relacionamos entre los diferentes usuarios (personas, empresas, administración pública…).
Conocer nuestro comportamiento como empresa, dentro de este ecosistema digital, nos va a permitir realizar una mejor gestión digital de la empresa, cuyos ejes son:
– Por un lado, los procesos; la automatización de procesos de preventa, venta o postventa a través de sistemas y tecnologías digitales, nos ayuda a generar eficiencia dentro de nuestras empresas.
¿Cuánto tiempo dedicas a los procesos del día a día? ¿Cuánto tiempo podrías ganar si hicieras ciertas cosas de otra manera? El digital debe ayudarte a que generes eficiencia y ganes en productividad gracias a la automatización de procesos que hoy en día haces de forma manual o de forma poco eficiente.
– Los sistemas; las tecnologías que vamos a utilizar en base a nuestros procesos, y no al revés. Si tenemos muy claros nuestros procesos, y su optimización, será mucho más sencillo detectar qué sistemas o herramientas digitales son las más precisas para nuestra empresa. Hoy en día existen herramientas tecnológicas prácticamente para todo, pero su éxito radica en que se adapten de la mejor manera posible a nuestros procesos de trabajo.
– Por otro, la organización, las personas; una organización con una cultura y motivación digital para garantizar la productividad.
Te has de preguntar, ¿cuáles son las competencias digitales actuales de las que dispongo? ¿Y las de mi equipo? ¿Están preparados para abrazar las tecnologías como parte de su trabajo? Muchas veces la respuesta es no, y se deben aplicar palancas formativas para que la transformación digital sea posible. Todo esto antes que nada va de personas.
– Y por último, la sangre en digital que no es otra cosa que los datos de valor; la gestión de los datos de valor del cliente y de la organización para generar información que garantice la sostenibilidad de nuestra transformación digital. Qué datos necesito conocer de mi cliente para mejorar y aumentar el negocio. ¿Sabes cuáles son? ¿Te preocupas por recogerlos? Si no es así, necesitas ya estudiar que datos de interés necesitas para poder ofrecer una oferta cada vez más personalizada.
Debemos detenernos a trabajar en estos cuatro ejes: procesos, organización, sistemas y gestión del dato, para avanzar en nuestra transformación, sabiendo cuál es y cómo es nuestro comportamiento actual dentro de Internet y cuál debería ser a futuro.
La transformación digital consiste en adaptar mi negocio para conseguir la satisfacción del cliente de forma rentable, y para eso, antes de nada, debemos reordenar nuestra organización y hacerlo con cabeza, de forma inteligente, dando pequeños pasos que nos ayudan a mejorar la relación y la comunicación de nuestra empresa. En digital poco es mucho.
Hay que partir de la idea de qué procesos puedo mejorar, para a partir de ahí, introducir palancas que nos hagan mejorar con una visión siempre orientada al cliente. El digital está haciendo sus últimas llamadas. O nos subimos a su carro u otros lo harán por nosotros.
Artículo de Asier Rebollo, socio director-ejecutivo de YCG Digital Partner y profesor asociado de ESIC Business&Marketing School